La
eficiencia, está vinculada a utilizar los medios disponibles de manera
racional para llegar a a conseguir algo. Se trata de la capacidad de
alcanzar un objetivo fijado con anterioridad en el menor tiempo posible
y con el mínimo uso posible de los recursos, lo que supone una optimización.
Es posible encontrar la idea de eficiencia en distintos ámbitos. En la física, por ejemplo, la eficiencia tiene que ver con el vínculo entre la energía que se invierte y la energía que se aprovecha en un procedimiento o en un sistema.
En economía, se habla de la eficiencia de Pareto (por Vilfredo Pareto) para nombrar al estado que se alcanza cuando resulta imposible mejorar la situación del componente de un sistema sin atentar contra otros.
Un ejemplo de la eficiencia de Pareto sería el siguiente: un hombre ingresa a una tienda a comprar una computadora.
Cada una cuenta con distintas características y con su propio precio,
que suele vincularse a la calidad. Así, cuando el comprador se decide a
concretar su adquisición, existen dos posibilidades:
Por un lado, que la persona cuente
con dinero suficiente para adquirir la mejor computadora sin tener que
preocuparse por el precio. Aquí hay un único objetivo: la compra del
equipo con las mejores características técnicas.
Por
otra parte, puede ocurrir que el comprador tenga un presupuesto
limitado. Se genera entonces un problema de objetivos múltiples, ya que
la persona tiene que considerar las propiedades técnicas de la
computadora pero también su precio. En este caso, no existe un producto
óptimo, sino que hay varias opciones pareto-óptimas que pueden
escogerse.
Principalmente el término hace referencia a aquellos recursos que se tienen (humanos, tecnológicos, financieros, físicos,
etc) para conseguir algo, la forma en la que son utilizados y los
resultados a los que se ha arribado, cuanto mejor hayan sido
aprovechados esos recursos mayor será la eficiencia en la forma de
buscar dicha meta.
La eficiencia puede ser definida de una forma u otra de acuerdo a qué rubro sea aplicada. Por ejemplo, si se la aplica a la administración hace
referencia al uso de los recursos que son los medios de producción que
se tienen disponibles y puede llegar a conocerse el nivel de eficiencia
desarrollado a través de la ecuación E=P/R (P= productos resultantes; R=recursos utilizados).

En lo que respecta a la economía,
en ella la eficiencia implica el aprovechamiento de los recursos de la
sociedad de la mejor forma posible, satisfaciendo con los resultados los
deseos y necesidades de los individuos. Dentro de esta área el experto Simón Andrade, la define como la forma en la que se mide la capacidad de actuación de un determinado sistema donde se minimiza el uso de los recursos que se tienen.
Un error que suele cometerse es el de confundir el significado del término eficiencia con el de eficacia, cuando en realidad ambos son sumamente diferentes.
Mientras
que la eficiencia implica una relación positiva entre el uso de los
recursos del proyecto y los resultados conseguidos, la eficacia se
refiere al nivel de objetivos conseguidos en un determinado plazo, es
decir a la capacidad para conseguir aquello que un grupo se propone. Ser
eficaces es simplemente alcanzar la meta estipulada, sin importar el
nivel de recursos empleados.
Esto significa que se puede ser eficiente sin ser eficaz y viceversa, pero si se reúnen ambos requisitos, estaríamos ante un proyecto ideal:
eficiente porque se ha conseguido utilizando el mínimo de recursos y
eficaz porque no se ha extendido en el plazo que nos habíamos propuesto.
Reeditado: FinestresEficients.es
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